Ayer hice una entrada con el mismo nombre, y no es que ahora dedique el blog al santoral, expliqué quien era santa Lucia y porque se celebra, y es que tengo una fascinación especial con ella. La verdad es que no se muy bien a que se debe. Recuerdo la sensación especial, desde pequeña, que me producía entrar en la capilla que tiene en la catedral de Barcelona. Vista desde fuera es como una pequeña ermita junto a una gran catedral.
Para llegar hasta ella hay que pasar de la gran plaza que hay delante de la catedral y bien tomar una callecita que sube pasando por las antiguas murallas romanas o rodeando la catedral pero siempre por calles pequeñas y con mucha historia. La capilla es la última construcción románica que se hizo en Barcelona, en 1268. En el siglo XIV se terminó de construir el claustro de la catedral, de estilo gótico, esto hizo que la capilla quedará adosada a un lateral de la galería oeste, cerrandola por dos lados.
Si acceder a la capilla desde la calle es bonito, si entras desde el claustro es mágico. Pasas de un espacio abierto y luminoso por una puerta pequeña, a otro mucho más cerrado, oscuro, aunque muy iluminado por el montón enorme de velas que hay en su interior.
Pero si además lo haces por estas fechas es un sueño, sobretodo si eres un niño. En la avenida de la Catedral instalan un mercado de Navidad, la Fira de Santa Llúcia, desde hace 226 años, desde el año 1786. Durante todo este tiempo la feria sufre cambios, de situación de duración, de feriantes....
En el mercado se pueden encontrar árboles, adornos, zambombas, figuras para el pesebre...incluidos los cada vez más famosos caganers....
Son lugares para visitar a la menor ocasión, sobretodo en estas fechas.
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